Pero en realidad quería hablar de otra cosa. O bueno, también quería hablar de otra cosa: de la revolución sexual. El núcleo de la tensión en esa novela es la virginidad—o la falta de ella, nunca se sabe—de la afortunada destinataria de las pasiones de Estanislao**, el narrador de la historia. Estanislao está enamorado pero empieza a sospechar que lo están caminando (o descansando, como me enseñó mi hermano el otro día). ¿Cómo es la cosa? La chica esta tiene una madre, y la madre parece una vendedora de autos usados. ¡Usados! ¿La mina esta no estará usada ya y se la quieren vender por nueva? Y acá viene lo increíblemente maravilloso que les quiero hacer notar. Esta novela fue escrita en los años 30**. ¡Pasaron ocho décadas y que esto sea el núcleo de una tensión tan fuerte nos parece absolutamente ridículo! ¡Quién soy yo para andar ni preguntándole a una mina que me gusta si ya estuvo con otros! No es que no me interese, me interesa como me interesa saber si ya conoce Montevideo, porque al final esta hipotética chica me gusta y me interesan las cosas que la llevaron a ser como es. Pero no es algo que ni por lejos se me ocurra cobrarle. De hecho muchos amigos me dirían que preferirían mucho que no sea virgen. A mi no-tan-tierna edad de 38 ya te diría que yo también. Ahora hagan el siguiente ejercicio: pongan este cambio de la sociedad en un contexto verdaderamente histórico. ¿80 años te parece mucho? ¿Desde hace cuántos milenios que los hombres sólo le hacían el supuesto gran honor de casarse a mujeres que estuvieran nuevas? Si ya tuvieron sexo con otro no valían nada. O valían sólo como prostitutas. Prostitutas como las con que los mismos hombres se acostaron muchas veces antes de casarse y se seguirían acostando muchas veces después. Ojo no soy tan injusto de echarle la culpa a todos esos individuos. Los cambios sociales no los hacen los individuos, los hacen las sociedades. 80 años al lado de milenios no es nada, hermano. Nos tocó ver de cerca una revolución social gigantesca. Ok todavía no está completa, todavía seguimos lavando el machismo generación por generación, pero avanzó ya muchísimo. Y nos toca ver hoy otras revoluciones, como las de libertad de género, que vienen con un poquito más de atraso pero vienen fuerte.
En fin quería proponerte esa perspectiva. Tenemos una tendencia a pensar que nos tocó vivir tiempos medio pavotes, en que la Historia está quieta y sólo va cambiando el modelo de celular. Despertate y olé las sábanas, estamos en el medio de una Revolución.
D.L.
Vuelo São Paulo – Natal, 31/12/2016
* Ah no, lo busqué y tenía 30. Se ve que le costó empezar a publicar.
** Estas cosas las tuve que buscar después de aterrizar, en un café no me hubieran salido.
No comments:
Post a Comment